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La depresión es unos de los males que afectan a la sociedad del siglo XXI y aunque en muchos casos se ha banalizado su uso debemos ser conscientes que es la segunda causa de muerte entre personas de 15 a 29 años.

El «Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-V» -texto de referencia para los psiquiatras y psicólogos de todos el mundo- define la depresión como como un estado del ánimo depresivo en la mayor parte del día, con disminución considerable del placer o interés por las actividades que antes disfrutaba. Y establece la proporción de hombres y mujeres que tienen un episodio de depresión mayor alguna vez en su vida. Las cifras son las siguientes:

MUJERES: 9% al 26%

HOMBRES: 5% al 12%

Son muchos los factores que pueden desencadenar un cuadro depresivo como los factores ambientales y genéticos que nos hacen más o menos vulnerables, aunque cualquiera de nosotros es susceptible de padecerla en cualquier momento de nuestras vidas, especialmente entre los 15 y 45 años, no es un síntoma de debilidad.

Para identificar cuando esta enfermedad está apareciendo, es importante conocer cuáles son los principales síntomas:

• Normalmente ha existido previamente un cuadro de ansiedad.
• Pérdida de peso.
• Insomnio o hipersomnia (Dormir más de lo habitual)
• Cansancio y perdida de energía.
• Sentimiento de inutilidad
• Disminución de la capacidad para concentrarse o pensar.
• Falta de voluntad
• Pueden aparecen ideas suicidas.
• Pensamientos negativos recurrentes y distorsionados.

Las consecuencias para las personas que padecen esta enfermedad pueden ser muy graves y afectan a áreas importantes su vida cotidiana, como el área social, afectiva o la laboral, entre otras,

La depresión se debe tratar con terapia psicológica, con tratamiento farmacológico o con una combinación de ambos métodos.

Si usted cree que puede padecer depresión, acéptelo y ajuste sus expectativas, como punto de partida.

Solicite ayuda profesional en NEUROSOMA CENTRO DE PSICOLOGÍA Y NEUROPSICOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN EN ANDUJAR, con cualquier otro psicólogo o con su médico habitual. Además, evite aislarse y mantenga el contacto con familiares y amigos, haga ejercicio regularmente (aunque solo sea un pequeño paseo), y evite el consumo de alcohol ya que se trata de un neurodepresor y lejos de ayudar a afrontar la situación la empeorará.